¿Sabes cuánto pesan tus emociones?

vaso de agua

Se cuenta la historia sobre una maestra que en clase llenó un vaso de agua y seguidamente preguntó a sus alumnos:
-¿cuánto creéis que pesa el vaso?-
Las respuestas de sus alumnos variaron entre 200 y 250 gramos.
A lo que la profesora respondió:
– «El peso absoluto de este vaso, con el agua, no es tan importante. El peso subjetivo es el peso que realmente importa y éste depende de cuánto tiempo yo lo sostengo. Si lo sostengo 1 minuto, no es un problema para mí……..si lo sostengo una hora, me va a doler el brazo……  si lo sostengo 1 día entero, muy posiblemente mi brazo se entumecerá y adquirirá rigidez.
En los tres casos, el peso del vaso, con el agua, no habrá cambiado;
pero cuanto más tiempo lo esté  sosteniendo, más pesado se volverá para mí.»

Nuestra vida está llena de emociones, ¿te imaginas vivir sin ellas?, sería sencillamente imposible, pues ellas han aportado a la humanidad una valiosa información para adaptarse e interactuar con el entorno y las circunstancias a lo largo del tiempo.

¿Qué pasaría si no existiesen emociones como el miedo, la ira o la tristeza? Solemos pensar que estas emociones son negativas y que nos limitan en nuestra vida. Ciertamente no son emociones agradables, todos preferimos estar alegres, felices y contentos, pero que esas emociones sean negativas no quiere decir que sean malas.

El miedo, por ejemplo, evita que asumamos riegos que pondrían en peligro nuestra vida, como cruzar una calle sin mirar.

La rabia nos proporciona una energía extra para actuar ante lo que creemos que es un ataque, pero también ante una injusticia o un reto.

La tristeza nos ayuda a conectar con nuestro interior y a realizar un trabajo de introspección, reflexión y análisis.

Otra emoción muy frecuente y también considerada negativa es el asco y aunque a nadie le gusta sentir asco, lo cierto es que gracias a esta emoción evitamos, por ejemplo, intoxicarnos comiendo un alimento en mal estado.

Como en el ejemplo del vaso, lo importante no es tanto si la emoción es positiva o negativa, sino el tiempo que permanezcamos con ella.

Los beneficiós del miedo desaparecen si éste está tan presente en nuestra vida que nos paraliza. La rabia deja de tener sentido si no se canaliza bien hacia algo constructivo y de propia superación personal y la tristeza prolongada puede derivar en enfermedades complejas como la depresión.

La gestión emocional trata justamente de esto, no de evitar sentir lo que sentimos, sea positivo o negativo, sino de saber gestionarlo de la mejor manera posible para “mantener el vaso el tiempo justo y necesario”.

Si sabemos descargarnos en poco rato de las emociones que sentimos y nos liberamos de ellas una vez obtenida la información valiosa que nos aportan, no ocurre nada, por muy negativa que esta emoción sea. Si nos  quedamos varios días con ellas, seguramente nos empiecen a dañar y si cargamos con ellas de forma crónica en nuestra vida, acabaremos sintiéndonos aplastados por su peso.

Te invito a que pienses:

-¿Qué emociones són las que están más presentes en tu día a día?

-¿Qué información valiosa crees que te están aportando?

-¿Cuántas de ellas estás sosteniendo más tiempo de la cuenta?

-¿Qué vas a hacer al respecto?

Espero que este post te resulte de utilidad y sobre todo ¡Acuérdate de SOLTAR el vaso!

Iniciando el camino…

Imagen propia
Camino de ronda de l’Escala a Sant Martí d’Empúries/ foto: personalMENT

Seguramente en más de una ocasión has pensado que «el tiempo vuela» y te has dado cuenta que los días de repente se vuelven semanas, meses, años…¿vale la pena vivir ese tiempo estresados, preocupados e irritados?.

Si tu respuesta es «no», ENHORABUENA!! porque éste es tu blog. En él encontrarás herramientas que te ayudarán en tu trabajo personal para «ser la mejor versión de ti mismo».

Muchas veces pensamos en la felicidad como un regalo que viene de “afuera”, cuando en realidad depende más de un trabajo realizado desde “adentro”. ¿Quién no ha pensado alguna vez que sería más feliz con un poco más de dinero?, ¿quien no ha deseado alguna vez ser más alto, más delgado o un poco más atractivo?, ¿cuántas personas hay que buscan la felicidad a través del reconocimiento profesional y/o de la valoración de los demás?

Pero también todos conocemos ejemplos de personas famosas y de nuestro entorno que, teniendo dinero, siendo guapos y con éxito profesional y social no son felices. ¿Por qué? la respuesta es sencilla: el auténtico bienestar es aquel que se origina en nuestro propio interior. Un bienestar que se sustenta en dos pilares fundamentales: la autoestima y la gestión emocional.

Como dice Wayne W.Dyer “es fácil ser feliz, pero aprender a no ser desgraciado puede resultar difícil”. Este es el primer post de otros muchos  que irán haciendo crecer este blog y todos ellos tendrán un denominador común: que ser feliz siga siendo fácil y dejar de no serlo resulte un poco menos difícil.