Neuroplasticidad: moldea tu cerebro

neuroplasticidad

Las personas somos animales de costumbres. Tenemos más de 50.000 pensamientos diarios, el 90% de los cuales son exactamente iguales a los del día anterior.

Piénsalo por un instante…desde que te has levantado de la cama hasta este preciso momento ¿cuántos de tus pensamientos, cuántas de tus acciones, cuántas de tus vivencias son las mismas que ayer y que los días anteriores?

Nos levantamos por el mismo lado de la cama, seguimos la misma rutina de aseo, de peinarnos, de vestirnos…nos sentamos en la misma silla para comer y solemos recorrer las mismas distancias, por las mismas rutas, para ir a los mismos lugares.

Muchos de estos pensamientos y comportamientos los hacemos de forma consciente y voluntaria, pero otros muchos se producen de forma inconsciente, permitiéndonos incluso que nuestra mente esté concentrada en otros asuntos, mientras hacemos una tarea. ¿Alguna vez has caminado por la calle pensando en “tus cosas” y has llegado a tu destino sin darte cuenta?

¿Cómo funciona nuestro cerebro?

neuronasEl cerebro está formado por unos 100.000 millones de células nerviosas llamadas neuronas. Las neuronas no son independientes sino que se conectan y se desconectan de otras neuronas intercambiando información, es lo que se llama conexiones sinápticas.

Cuando aprendemos algo por primera vez, en nuestro cerebro se producen las conexiones necesarias entre neuronas para aprenderlo. Como se trata de un “camino” nuevo, hasta el momento inexistente en nuestro cerebro, construirlo requiere de toda nuestra atención, por ello, cuando hacemos algo por primera vez, toda nuestra atención se vuelca en ello y requiere un esfuerzo importante de concentración por nuestra parte.

No obstante, a medida que vamos repitiéndolo, cada vez nos resulta más fácil, más sencillo y requiere menos esfuerzo por nuestra parte. Ello es así porque en cada nueva repetición nuestro cerebro no construye nuevamente ese “camino” entre neuronas, sino que aprovecha el que se construyó la primera vez.

A cada nueva repetición lo que hacemos es reforzar ese camino, hasta que llega un momento en que podemos llegar a hacer algo sin apenas pensar en ello…como caminar por la calle pensando en nuestras cosas.

Con los pensamientos pasa exactamente lo mismo, cada vez que tenemos un mismo pensamiento repetitivo, lo que estamos haciendo en realidad es reforzar un determinado “camino”entre nuestras neuronas, de manera que pensar de una determinada forma puede convertirse en un hábito.

Los hábitos son comportamientos repetidos regularmente, que apenas requieren de esfuerzo racional por nuestra parte.

Tener hábitos puede ser  positivo en nuestra vida diaria y más si éstos son hábitos saludables, sin embargo también pueden ser muy perjudiciales si éstos no son tan positivos para nosotros. En todo caso, una vida llena de  hábitos puede convertirse en una vida rutinaria vívida en modo “piloto automático”, en la que es muy difícil introducir cambios, por mucho que queramos.

Neuroplasticidad v.s. neurorrigidez

Como dice el doctor Joe Dispenza en su libro “El placebo eres tú”:

“Tener los mismos pensamientos de siempre nos lleva a tomar las mismas decisiones. Tomar las mismas decisiones nos lleva a manifestar la misma conducta.
Manifestar la misma conducta nos lleva a crear las mismas experiencias.
Crear las mismas experiencias nos lleva a tener las mismas emociones y tener las mismas emociones nos lleva  a los mismos pensamientos, entrando en un bucle de repetición, siempre igual.

Lo que en el fondo nos  está diciendo esta frase es que tener  los mismos pensamientos reactivan  las mismas estructuras neuronales, gravando en el cerebro un determinado circuito o “camino” neuronal que refuerza que siempre pensemos igual.

La neuroplasticidad se presenta como la alternativa a la neurorrigidez y consiste en pensar de forma distinta a la de siempre, de manera que al hacerlo activamos nuevos circuitos neuronales, construimos nuevos caminos  y, en definitiva, vamos moldeando nuestro cerebro, optimizando su capacidad de adaptarse y cambiar cuando recibe información nueva.

“Siempre que nuestro cerebro funciona de forma distinta, estamos cambiando nuestra mente y a medida que pensamos de distinto modo, los nuevos pensamientos nos llevan a tomar nuevas decisiones y a tener nuevas conductas, experiencias y emociones.

Aplicar la neuroplasticidad en el día a día

Cambiar nuestros pensamientos y comportamientos es fácil pero requiere dedicación. Vendría a ser algo así como ir al gimnasio para perder peso: no basta con la intención o buena voluntad, también requiere ciertas acciones por nuestra parte.

El premio Nobel de medicina Eric Kandel, demostró que si un aprendizaje no se repite lo suficiente, la cantidad de conexiones neuronales que se producen con el aprendizaje se vuelven a reducir a las conexiones de antes de aprender, en tan solo tres semanas, por ello es famosa la máxima que dice que se requieren 21 días para consolidar un hábito. (En realidad para interiorizar un hábito puede hacer falta más tiempo. Según un estudio de la University College London publicado en 2009, la creación de un hábito oscila ente 18 y 254 días, según la persona, siendo el promedio más habitual 66 días.)

Algunas herramientas que pueden ayudarte a mejorar tu neuroplasticidad son:

  • Identifica que pensamientos /comportamientos quieres cambiar. Es mejor no ser ambiciosos y empezar poco a poco y no abrir muchos frentes a la vez.
  • En el caso de los pensamientos, escribe, mejor a mano que a ordenador, el pensamiento nuevo que deseas tener y coloca ese mensaje en algún sitio que sea visible para ti a lo largo del día (en una pizarra, en la nevera, en tu monedero…)
  • En el caso de los comportamientos, visualízate  actuando de ese modo que deseas, creando en tu mente todos los detalles de esa forma de actuar y prestando atención a como es tu voz, tus movimientos, tus palabras, a como te sientes y que te dices a ti mismo actuando de esa manera. Recuerda que tu cerebro no distingue realidad de ficción, de modo que si repites en tu mente un determinado comportamiento, puedes llegar a crear el “camino neuronal” necesario para que éste también se produzca en la realidad.
  • Aprende cosas nuevas: estudiar nuevos idiomas, tocar un instrumento, hacer manualidades…en definitiva, estimular el cerebro con nuevos conocimientos  y aprendizajes  reforzará tu funcionamiento neuronal.

Como decía el filósofo William James:

Cambia actitudes internas de tu mente y cambiarás aspectos externos de tu vida.

Transforma tus sueños en objetivos

sueños y objetivos

¿Quién no ha soñado despierto alguna vez?

Todos nosotros en algún momento hemos fantaseado sobre nuestro futuro, imaginando como sería algún aspecto de nuestra vida más adelante: el trabajo, un viaje, nuestra casa, la pareja… Sin embargo, los días van pasando y de repente se convierten en semanas, meses, años …y esos sueños u otros, siguen ahí, acompañándonos todos los días pero sin salir de nuestra mente.

Muchas veces, cuando hablamos de alcanzar esas cosas que deseamos,  sean materiales o no, con frecuencia confundimos sueños, objetivos y metas.

En este post no sólo aprenderás a distinguir cada uno de estos conceptos, sino que además podrás disponer de una pauta que te ayude a definir y alcanzar tus propósitos.

Sueños, propósitos, objetivos y metas
Los sueños suelen ser deseos idealizados y sin fecha de caducidad. Es decir, fantaseamos con alguna idea, recreándonos en la emoción de bienestar que nos producen,  pero no llegamos  a ponerles una fecha en el calendario.

Algunos de estos sueños son más intensos que otros y por eso los convertimos en propósitos. No sólo nos gustaría algo sino que además tenemos la voluntad de conseguirlo. Sin embargo  muchas veces los propósitos acaban siendo un decálogo de buenas intenciones que pocas veces acabamos materializando. ¿Cuántas veces te has propuesto ir más la gimnasio, dejar de fumar o hacer dieta y has acabado igual que estabas?

Tener un propósito es fundamental, pues como decía antes, nos aporta la fuerza de la motivación inicial para empezar, pero por si solo no es suficiente, es aquí donde intervienen los objetivos y las metas.

Los objetivos vendrían a ser los destinos que nos proponemos alcanzar y las metas las etapas concretas a conseguir por el camino. Así, dentro de un objetivo podemos establecer varias metas. Las metas vienen a ser como el plan de ruta que detalla en todo momento qué pasos debemos seguir en el viaje hacia nuestro objetivo o destino.

Duerme con sueños, despierta con objetivos

entrada-30_imagen

A tener cuenta para plantearte bien tus objetivos
DEFINICIÓN
En definir bien el objetivo está gran parte de la clave de su éxito.  Para ello es fundamental que tengas presente que:

  • Tienes que formularlo en términos positivos, no negativos. No es lo mismo tener por objetivo “aprobar el examen” que “no suspender el examen”, “estar delgado” que “no estar gordo”. Puede parecer banal, pero en realidad no lo es, los mensajes positivos son más estimulantes para nuestro cerebro.
  • Tiene que depender sólo de ti. Si el objetivo depende de otros factores fuera de nuestro control no está bien definido. Hacer deporte depende de nosotros, que nos toque la lotería, por mucho que juguemos también depende del azar.
  • El tamaño tiene que ser apropiado. Plantearse objetivos poco realistas sólo provocará que nos frustremos. En todo caso, si el objetivo es muy grande, conviene establecer metas intermedias.
  • Descríbelo con todo detalle. Visualízate alcanzándolo, cómo te sentirás en ese momento, que te dirás a ti mismo cuando lo consigas. Disfruta y recréate en la sensación de bienestar que te produce ese momento, visualízalo, siéntelo, escúchalo.

EVIDENCIAS:
¿Cómo vas a saber cuándo has conseguido tu objetivo? .
Es importante que esos indicadores sean fiables. Siguiendo con el ejemplo de perder peso, un buen indicador sería bajar peso en la báscula o que la ropa quede grande. Un mal indicador sería esperar los comentarios de otras personas. La opinión de los demás obviamente puede ser un indicador, pero lo que propongo es que no sea nuestro  principal indicador de referencia.

CONTEXTO
¿Cuándo, dónde, con quién quieres esto? Puede ser un objetivo profesional, familiar, personal..

CONSECUENCIAS
¿De qué manera ese objetivo afectará al resto de tu vida? Si mi objetivo es comprar un coche caro y potente, tendré que tener en cuenta que también pagaré más caro el seguro, los impuestos, que consumirá más gasolina…

LIMITACIONES INTERNAS
¿Qué emociones internas te impiden conseguir el objetivo? miedo, inseguridad, desconfianza…

RECURSOS DISPONIBLES
¿Qué  recursos necesitas para alcanzar el objetivo?. Si tu objetivo es ir a trabajar a Inglaterra, seguramente un recurso necesario será saber hablar inglés.

PLAN B
¿De cuántas maneras alternativas puedes alcanzar tu objetivo?. Si no lo consigues a la primera no tienes por qué darte ya por vencido. Seguro que hay más vías para llegar al éxito, en este punto se trata de identificarlas.

Recuerda que…

Hoy es el día perfecto para dar el primer paso hacia tus sueños.

 

 

¿Pensando en las vacaciones? consejos para sacarles el mejor partido.

vacaciones

A las puertas del mes de agosto, son muchas las personas que eligen este mes para hacer las vacaciones de verano. Sea cual sea la época del año en el que las disfrutes e independientemente de si  trabajas, estudias o hagas otras cosas, ten muy presente que las vacaciones son necesarias.

Sea por unos días, semanas o todo el mes, las vacaciones nos permiten cambiar hábitos y rutinas y nos ayudan a descansar y desconectar de los problemas cotidianos.

Disponer de más tiempo para nosotros mismos nos permite realizar aquellas actividades que durante el resto del año hemos ido postergando, pero también son una oportunidad para mantener sano nuestro cerebro, si somos capaces de reducir el estrés, potenciar la creatividad y  liberarnos del reloj, permitiéndonos cierto punto de  improvisación.

En este post comparto contigo algunas reflexiones para ayudarte a aprovechar al máximo tus días de descanso y, en definitiva, para contribuir a mejorar la sensación de bienestar:

  • En primer lugar todos deberíamos tener más presente que  pasar las semanas esperando que llegue el sábado y el domingo, o esperar durante once meses que llegue el mes de vacaciones, no sólo es un desperdicio de nuestro tiempo, sino que además contribuye a idealizar las vacaciones y a generar demasiadas expectativas sobre esos días.

«La vida es demasiado corta como para ser feliz únicamente
unos pocos días al año»

Por ello mi primera reflexión  es que está muy bien hacer vacaciones, desearlas e intentar  aprovecharlas  pero, en la medida de nuestras posibilidades, también debemos intentar trasladar esa actitud al resto del año y ser capaces de encontrar con frecuencia breves espacios de tiempo para el disfrute , el relax y la desconexión.

  • Evita el estrés prevacacional. A todos nos gusta hacer vacaciones y dejarlo todo listo para la vuelta, pero este afán por dejar todo el trabajo listo antes de marcharnos, junto al miedo de dejar algo importante a medias, puede acabar derivando en crispación, estrés y malestar. Un malestar que de llegar a producirse, puede afectarnos durante los primeros días de vacaciones.

Para prevenir llegar a este punto, puedes poner en práctica estos consejos:
1.-Haz una lista con las tareas realmente importantes que debes dejar resueltas   antes de irte e intenta centrarte en ellas, el resto delégalas, teniendo claro quién  hará qué en tu ausencia. Si no puedes delegar, entonces haz otra lista de temas  pendientes.

2.-Intenta dejar todo ordenado: tu casa, tu espacio de trabajo… a través del orden físico también ordenarás tu mente y a la vuelta te resultará más fácil y menos caótico volver a coger el ritmo.

3.-Durante los días de vacaciones está muy bien que planifiques, organices excursiones y actividades… pero también es importante dejar espacio para la improvisación, para relajarse y descansar. Substituir el reloj de pulsera por el reloj biológico (hacer aquello que te pide el cuerpo) es una simple pero efectiva manera de recargar energía.

4.-Substituye las relaciones virtuales por las relaciones en carne y hueso. La tecnología y las redes sociales nos facilitan mucho las relaciones pero también está muy bien poder “desconectarse” de todo ello o, como mínimo, reducir su uso y concentrarlo solamente en un par de momentos al día.

  • No descuides la vuelta a la rutina. Si ajustas los horarios poco a poco y evitas finalizar tus vacaciones de forma abrupta, te será más fácil volver a la cotidianidad.

Y por último, recuerda que:

“La felicidad y el bienestar emocional, más que un deseo
es una determinación personal”.

Independientemente de elegir playa o montaña, viajar al extranjero o quedarse en casa, disfrutar de las vacaciones, y en general de la vida, en la mayoría de ocasiones es cuestión de actitud.

Seguimos en contacto a la vuelta de las vacaciones.

¡Gracias por ser y por estar!

Iniciando el camino…

Imagen propia
Camino de ronda de l’Escala a Sant Martí d’Empúries/ foto: personalMENT

Seguramente en más de una ocasión has pensado que «el tiempo vuela» y te has dado cuenta que los días de repente se vuelven semanas, meses, años…¿vale la pena vivir ese tiempo estresados, preocupados e irritados?.

Si tu respuesta es «no», ENHORABUENA!! porque éste es tu blog. En él encontrarás herramientas que te ayudarán en tu trabajo personal para «ser la mejor versión de ti mismo».

Muchas veces pensamos en la felicidad como un regalo que viene de “afuera”, cuando en realidad depende más de un trabajo realizado desde “adentro”. ¿Quién no ha pensado alguna vez que sería más feliz con un poco más de dinero?, ¿quien no ha deseado alguna vez ser más alto, más delgado o un poco más atractivo?, ¿cuántas personas hay que buscan la felicidad a través del reconocimiento profesional y/o de la valoración de los demás?

Pero también todos conocemos ejemplos de personas famosas y de nuestro entorno que, teniendo dinero, siendo guapos y con éxito profesional y social no son felices. ¿Por qué? la respuesta es sencilla: el auténtico bienestar es aquel que se origina en nuestro propio interior. Un bienestar que se sustenta en dos pilares fundamentales: la autoestima y la gestión emocional.

Como dice Wayne W.Dyer “es fácil ser feliz, pero aprender a no ser desgraciado puede resultar difícil”. Este es el primer post de otros muchos  que irán haciendo crecer este blog y todos ellos tendrán un denominador común: que ser feliz siga siendo fácil y dejar de no serlo resulte un poco menos difícil.