Mens sana in corpore sano

 

¿Alguna vez has intentado hacer régimen o practicar algún deporte regularmente y acabas renunciando a los pocos días?

¿Eres de los que haces listas de buenos propósitos saludables  cada mes de septiembre y en octubre ya te has olvidado de ellos y has vuelto a tu rutina?

Si tu respuesta es afirmativa, este post te interesa pues trata de cómo  puedes ponerte en forma con ayuda de tu mente.

Mens sana in corpore sano
(Décimo Junio Juvenal. S.II d.C)

Todos conocemos de sobra las virtudes de estar en forma, tanto las publicaciones científicas como las de salud y belleza, constantemente hacen referencia los beneficios del bienestar físico para mejorar el bienestar mental. Lo que no se explica con la misma frecuencia es a la inversa. Es decir, cómo la mente puede ayudar a mejorar  el  bienestar físico.

Beneficios de estar en forma físicamente
Estar en forma físicamente mejora la flexibilidad de las articulaciones, mejora  el funcionamiento de órganos como el corazón y los pulmones,  favorece el sistema circulatorio, reduce el estrés y la tensión mental, refuerza nuestra autopercención positiva y aumenta la autoestima.

Beneficios de estar en forma mentalmente
Estar en forma mentalmente permite llevar una dieta más equilibrada y menos compulsiva. En muchas ocasiones no comemos por hambre sino por nervios y ansiedad. Una mente en forma facilita la constancia en la práctica de deporte y en sí de cualquier actividad, nos ayuda al planteamiento de objetivos realistas, adaptados a las circunstancias de cada uno y, por supuesto, también mejora nuestra autopercepción y nuestra autoestima.

¿Cómo utilizar la mente para estar en forma física?
Hacer ejercicio físico 30 minutos al día, sin duda es muy saludable, pero no olvidemos que el día tiene 24 horas!
El resto del tiempo que no practicas activamente un deporte, a través de tu mente también puedes cuidar tu cuerpo y avanzar en el proceso de ponerte en forma, pero ¿cómo?
Aquí comparto contigo algunas ideas a tener en cuenta:

  1.  TOMA CONSCIENCIA DE TU POSTURA:
    Quédate inmóvil por un instante y observa la postura de tu cuerpo. ¿Notas tensión en algún punto?, ¿crees que tu postura es mejorable?.
    Cuando nos sentamos,  cuando trabajamos delante del ordenador, al hablar  por teléfono, cuando cogemos peso o simplemente al caminar, adoptamos un montón de posiciones equivocadas que pese a ser incorrectas y perjudiciales para el cuerpo, la rutina las convierte en normales. Tensar el cuello, arquear la espalda, curvar los hombros hacia delante o permanecer mucho tiempo con las piernas cruzadas  son solamente algunos ejemplos de malos hábitos que a la larga pueden llegar a producir importantes lesiones.Gracias a la toma de consciencia de tu postura puedes corregir estas posiciones corporales erróneas.  Prestando atención a la manera de cómo te mueves, evitando posturas forzadas y relajando los puntos donde detectes tensión innecesaria, no solo conseguirás que tu postura corporal sea más elegante y equilibrada sino que además estarás avanzando en poner tu cuerpo en forma.A partir de ahora ten presente en tu mente las siguientes preguntas:
    ¿Estoy dejando caer mi cabeza hacia un lado?
    ¿Mis hombros están curvados hacia delante?
    ¿Estoy manteniendo durante mucho tiempo la misma posición?
  2.  DIÁLOGO INTERNO POSITIVO:
    No puedo, no soy capaz, no me lo merezco, yo soy así y no puedo cambiar, es imposible…¿cuántas veces nos saboteamos a nosotros mismos con mensajes negativos que lejos de darnos fuerza y motivación para seguir adelante, nos desmoralizan y hacen que cualquier camino sea cuesta arriba?

Lo que crees, creas.

Ten por seguro que si piensas que no puedes hacer algo no podrás hacerlo.  No podrás hacerlo  simplemente porque los pensamientos negativos nos predisponen para el fracaso, incluso antes de intentarlo.
Convivir con esa vocecilla interna que nos dice que no somos lo suficientemente buenos para conseguir lo que nos proponemos hace que todo sea mucho más difícil. Los pensamientos negativos nos hacen reaccionar ante los retos con miedo y estrés. En casos extremos, incluso pueden llegar a producirnos una enfermedad.  Por ello resulta fundamental que si quieres poner en forma tu cuerpo empieces por poner en forma a tu mente y substituyas todos los mensajes negativos que te dices a ti mismo por frases motivadoras.
-Plantéate cada reto como una oportunidad de mejorar y aprender.
-Felicítate por tus logros, aunque sean pequeños.
-Comparte con tu entorno tus pequeñas victorias.
-Háblate a ti mismo con el respeto y afecto con el que hablas a los demás y evita decirte mensajes negativos.

Recuerda que el camino al éxito tiene curvas y está lleno de baches. Cuando tropieces, las fuerzas para seguir adelante las encontrarás en tu mente.

 

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